Oriente, de Gilberto Gil

Escucho un nuevo disco de una compositora y pianista brasileña que me interesa, Délia Fischer. Allí toca con otro pianista, Ricardo Bacelar. Para mi alegría –y sorpresa– el disco se abre con “Oriente”, una canción de Gilberto Gil que me maravilló desde que la escuché por primera vez, cantada por Elis Regina y con arreglos de César Camargo Mariano. La interpretación de Gil, además del swing de su voz, se basa en un trabajo excepcional de la guitarra y con el juego, un poco oriental, con notas pedal en las cuerdas al aire.

La de Regina y Mariano, experta, brillante y suntuosa, tiene ese aire a jazz rock que Brasil, con nombres como Airto Moreira y el primer Egberto Gismonti, patentó como propio.

Y la más nueva aprovecha el orientalismo que el título sugiera e introduce un sitar que, en realidad, remite más a “Norwegian Wood, de The Beatles que a Ravi Shankar.

La letra juega con dos significados de la palabra “oriente”: habla de los viajes a Oriente pero, sobre todo, de la desorientación de una generación de hijos de la burguesía sin horizontes y sin trabajo, en el Brasil de finales de los 60 y comienzos de los 70, a la que lo único que le queda es pensar dónde hacer cursos de posgrado.

Este es el texto:

Orientate, pibe
por la constelación de la Cruz del Sur
Orientate pibe
por la constatación de que la araña
vive de lo que teje
A ver si no se te olvida
Por la simple razón de que todo merece
consideración.

Considerá, pibe
la posibilidad de ir a Japón
en un carguero de Lloyd’s lavando la bodega
por la curiosidad de ver
dónde el sol se esconde
A ver si entendés
Por la simple razón de que todo depende
de determinación

Determiná, pibe
dónde va a ser tu curso
de pos graduación
Orientate, pibe
por la rotación de la Tierra alrededor del sol
Sonreíte, pibe
por la continuidad del sueño de Adán

Gil volvió a registrar este tema varias veces, en vivo. Se destaca una de ellas, con arreglos de Jacques Morelenbaum.

Hay, también, una versión musicalmente muy interesante pero que transforma la letra y, creo, lo hace en lo esencial. El escepicismo ácido de Gil acaba convertido en un optimismo insulso en la versión de Rubén Blades, que además cambia el título por «Consideración»

Por otra parte, para quienes quieran explorar en detalle los mundos sonoros de Gil, Elis Regina y Délia Fischer con Ricardo Bacelar, aquí están los enlaces para escuchar completos los tres discos que incluyen esa canción tan única como poco frecuentada.

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