“El tiempo de estos cuentos es la dictadura militar y es en esa ubicación donde el ‘terror’ del título adquiere otras resonancias. Estos no son cuentos fantásticos; sí son cuentos extraños donde el terror es una punzada, es lo que no se dice, lo que se calla. Sucede que lo que no se dice es muchísimo y ese silencio es escalofriante. Algunos cuentos llegan al punto final justo antes de que comience lo explícito (“El principio del terror”); otros dejan lo explícito fuera de plano o en una zona de gris ignorancia (“Dos mujeres”, “Virginia”). En todos los casos, el contraste entre ese terror desatado –que queda afuera– y la economía de recursos de los relatos es absolutamente eficaz, inquietante, incluso cruel”.

Mariana Enriquez. Radar Libros. 6-06-2010-

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