1. «El día que me quieras», por Carlos Gardel y Rosita Moreno
No se puede empezar una lista de tangos sin Gardel y sin «El día que me quieras». En este caso las trampas son múltiples, empezando por el hecho de que no se trata de un tango y concluyendo no sólo porque no es un disco sino porque el disco directamente no existe. En la película dirigida en 1935 por John Reinhardt, poco tiempo antes de la muerte del cantante, la famosa canción es cantada como un dúo de ópera romántica, donde un recitado toma el lugar del recitativo y luego, a la manera «clásica» y no popular, los cantantes, Gardel y Rosita Moreno, no entonan lo mismo «por terceras» –es decir a una cierta distancia, por ejemplo cantando una voz do-re-mi y la otra mi-fa-sol– sino que tienen melodías y hasta textos distintos al mismo tiempo. Existen muchos discos llamados «Gardel en sus películas» y en realidad se trata de grabaciones realizadas en estudio con los temas que aparecían en los films. Lo que nunca fue publicado es el sonido original de las películas y, en este caso, con esta extraordinaria escena de amor a dos voces.
2. Chiclana, por Los Virtuosos.
En 1936, la revista Sintonía hizo una encuesta acerca de quienes eran los mejores intérpretes de tango, con la idea de formar con los más votados en cada instrumento una orquesta –un quinteto, en realidad– de estrellas para que grabara en el sello Victor. Los dos bandoneonistas elegidos fueron Pedro Maffia y Pedro Laurenz pero las fechas de sus actuaciones en distintas partes del país les impidieron participar y fueron reemplazados por Ciriaco Ortiz y Carlos Marcucci. Julio De Caro y Elvino Vardaro en violín y Francisco Canaro en piano completaron el grupo y entre las cuatro piezas que grabaron se destaca «Chiclana», de Julio De Caro. El pequeño puente de su hermano Francisco y la riqueza rítmica del estribillo la convierten en un clásico.
3. «Alma de loca», por Horacio Salgán y su orquesta con Roberto Goyeneche.
En 1952 Goyeneche debutó en el disco con este tema. Lejos aún del personaje que construyó consigo mismo, en «Alma de loca», sencillamente, hace lo que quiere con la voz. La adelgaza, le confiere cuerpo, susurra, se contiene, hace erupción como un volcán. Fue, casi hasta el final, un intérprete notable. Y sus discos solistas con dirección musical de Atilio Stampone están entre lo mejor del tango. Pero nunca volvió a cantar como en «Alma de loca».
4. «Nada» por Miguel Caló y su orquesta con Raúl Iriarte
«He llegado hasta tu puerta, yo no sé cómo he podido». La casa abandonada, aquella donde vivió la amada, une a este tango con «El doble maligno» (Der doppelgänger) de Heinrich Heine al que Schubert puso música. La letra fue escrita por el uruguayo Horacio Basterra, que firmaba con el seudónimo de Horacio Sanguinetti y la música es del bandoneonista José Dames. La primera versión registrada en disco, en 1944, es esta de Caló, con instrumentistas de gran nivel y un arreglo fantástico. Muy poco después la siguió la de Di Sarli con Alberto Podestá a los 20 años. Es uno de los tangos melódicamente más inspirados y su letra no le va en zaga. Y sin embargo, hasta las últimas décadas, en que se puso de moda, lo cantaron muy pocos, en gran medida por sus dificultades (ese salto casi imposible al agudo que muy pocos resolvieron con soltura). Podría elegir a Di Sarli. Pero Caló fue quien sentó el precedente.
5. Troilo Grela
Ya en la era del disco de larga duración, Music Hall publicó, con el título Troilo Grela, las grabaciones en cuarteto y trío del conjunto conformado por Aníbal Troilo en bandoneón, Roberto Grela en primera guitarra, Edmundo Zaldívar (h) o Héctor Ayala en guitarrón y Kicho Díaz en contrabajo, realizadas entre 1952 y 1955 para el sello TK. Es posible que estos registros sí figuren en otras listas de las mejores grabaciones de tango de la historia. Y es que, en rigor, no podrían no figurar.
Querido Diego. A veces la erudicion deviene en aportes notables. No escuche los cortes que elegiste en mi pobre telefono de pesimo sonido y con teclado sin tildes. Pero leerte y apreciar unos segundos me es suficiente. Gracias. Mañana degustare y tratare de apreciar.
Gracias Ricardo. Muchas de las escuchas fueron, como sabés, compartidas. Y quizá sea eso parte de lo más importante entre lo que se ha perdido –o un síntoma de otras pérdidas–: el hecho de que la música –salvo en vivo, que no es poco– hoy se escuche a solas.
Hola Diego. Lindo blog te mandaste. Había perdido tu rastro hace años y ahora volví a encontrarte acá y en el DiarioAr. Por cierto, ahora mismo estoy escuchando los nocturnos de Fauré.
Yendo al punto, al tema de este post, te consulto por un disco de tango que me tiene extrañado y no he podido averiguar quién es el cantante (o cantor). El disco es «Éxitos de oro de Carlos Gardel» de la discográfica Orfeón Videovox y se publicó en el 2009.
https://open.spotify.com/intl-es/album/6fOd68t2sEnVxdCTNyd0h0
Es un error? Es una broma? Quién canta ahí? No pude encontrar comentarios al respecto.
Consulté con la discográfica pero no han respondido. Quizá para ellos fue un tema ya saldado allá en el 2009.
Gracias por compartir tus pensamientos y escribir sobre música (o bailar sobre arquitectura).
Abrazo!
Gracias por tu comentario. Averiguaré (en lo posible).