Astor Piazzolla en vivo 1963

«No había ningún grupo que pudiera sonar así. Nosotros no sonábamos así», me dijo una vez Steve Swallow. Había venido con el trío de John Scofield y se refería a su primera visita, unos cuarenta años antes, en la época en la que era contrabajista del cuarteto de Stan Getz, con el que había llegado a Buenos Aires para tocar en un club llamado 676, cuyo nombre remitía a la numeración de la calle Tucumán donde estaba ubicado. El grupo de Getz compartía la noche con el quinteto de Astor Piazzolla. La idea original había sido que los argentinos abrieran el show y que el cierre fuera con el cuarteto del saxofonista. Pero Getz dijo que ellos no podían cerrar porque el grupo de Piazzolla era mejor. Finalmente llegaron a una especia de arreglo. Piazzolla abría y cerraba y, en el medio, tocaba el cuarteto de Getz. «Con Gary (Gary Burton, vibrafonista del grupo) nos quedábamos hasta el final, para escuchar a Piazzolla de nuevo y para espiar las partituras. No podíamos entender qué era lo que estaba escrito y qué era lo que no. Jamás habíamos escuchado algo así. Ni Miles, ni ningún grupo de ese momento podían hacer eso. Tocar con ese ajuste cosas tan complejas y que sonara con una fuerza, una convicción y un impulso como si estuvieran improvisando». Para ese momento, el quinteto –que había cambiado su violinista original, Szymsia Bajour, primero por Elvino Vardaro y después por Antonio Agri (quien fue el compañero de ruta del bandoneonista durante quince años) y en el que Oscar López Ruiz había reemplazado a Horacio Malvicino– ya había grabado dos discos en RCA –Piazzolla interpreta a Piazzolla y Piazzolla o no. Bailable y apiazolado, un álbum supuestamente impuesto por la grabadora y del que el bandoneonista renegó más adelante–. Ya en 1962 y con su nueva formación había registrado Nuestro tiempo, para la CBS y, en 1963, grabó para ese mismo sello, Tango para una ciudad–.

Ese es el Piazzolla que uno conoció, el de un grupo con el que los ingenieros de grabación del momento se agarraban la cabeza. Nadie sabía cómo hacer para grabar una guitarra eléctrica junto con un violín y un bandoneón y lo que se escucha, eso que creíamos que era el verdadero Piazzolla, era en realidad una sombra. La reciente edición de En vivo, Buenos Aires 1963 es, en se sentido, una revelación. No solo hay allí un quinteto en estado de gracia sino que se lo escucha como nunca antes –mérito de Roberto Sarfati y Diego Vila, responsables de la restauración sonora de una fuente original más que deficiente–. Este es el grupo que maravilló a Getz, a Swallow y a Burton (y que los convirtió en fanáticos del marplatense para siempre). Allí están los temas maravillosos pero, además, una transparencia y una claridad en los planos que jamás antes fue escuchada. Uno puede elegir cualquiera de las cinco voces y seguirla con el oído a lo largo de toda una pieza. La entrada escalonada de los instrumentos en «Introducción al ángel» ya marca el signo de lo que vendrá. Ni más ni menos que uno de los mejores grupos de la historia de las músicas artísticas de tradición popular, en vivo y como si hubiera sido grabado ayer.

El disco fue publicado por Lantower, un sello argentino que acompaña sus ediciones con el sellito «SVRsound». Las iniciales corresponden a las iniciales de Sarfati Vila Restoration y al lado aparece la leyenda «No restauramos Audio, restauramos música». El catálogo tiene sorpresas como las únicas ediciones completas –y con un sonido ejemplar– de las grabaciones conjuntas de Gerry Mulligan y Chet Baker, del quinteto de Miles en París y en Estocolmo, en 1960, y perlas inéditas –o inconseguibles– hasta el momento de Jacques Brel, de Ornette Coleman, del Gato Barbieri, de Harry Belafonte, de Osvaldo Pugliese, de Los Fronterizos, de Eduardo Falú, de Ella Fitzgerald, de Bill Evans o de Keith Jarrett, más la inclasificable discografía de Alberto Muñoz. Aquí puede leerse una reseña acerca del sello publicada por el prestigioso blog JazzWax, de Marc Myers.

6 comentarios en “Astor Piazzolla en vivo 1963”

  1. ¿No te diste cuenta que es el mismo registro que lanzó Melopea en 1993 con aplausos sobregrabados? Sos tremendo Fischerman. Saludos, Pablo.

    1. La fuente podría ser la misma. No lo sé. En la edición de Melopea, que hace años fue retirada de catálogo por pedido de los herederos de Piazzolla, no había restauración alguna. En esta sí. Al grupo de Piazzolla, en vivo, se lo escucha como nunca. También hay infinitas publicaciones de tomas en vivo de jazz. Algunas se toman el trabajo –y el costo– de restaurar esas fuentes y otras no.

  2. Hola. A mí también me llamaron la atención los aplausos, aunque no me queda claro si fueron suprimidos en la edición del 93 o agregados en esta. No sería la primera vez que se agregan aplausos falsos a una grabación. En cualquier caso, la restauración musical es muy buena.

  3. PiazzollaCollectorNumberOne

    There was no restauration made here. It is exactly the same sound which was released by Melopea. Only with added applauses here.
    Sad… Why to re-issue something and claim it is something new?
    But frankly speaking, original Melopea quality was already astonishing. So no need to remaster that. Lantower guys should restorate something really unique – Mandragora, Teatro Opera 1989, Gran Rex 1976, Concierto de Nacar 1972 etc.

    1. Desconozco si en este caso se trata de la misma fuente y, si así fuera, si los aplausos fueron agregados esta vez u omitidos en otra edición. Lo que si puedo asegurar es que, en una escucha atenta y con un equipamiento doméstico de buena calidad, el rango dinámico es diferente, en la edición comentada los planos son mucho más claros, las voces se diferencian con mucha mayor definición y se perciben matices –crescendos y decrescendos– que en la otra son indiscernibles. Repito que ignoro cuáles son las fuentes en uno y otro caso –tal vez la misma persona que robó las cintas de Radio Municipal se la ofreció a dos o más personas distintas– pero el resultado sonoro en ambos casos es distinto y en uno notablemente mejor que en el otro.

    2. Carlos Carrizo (Photographer) has the Mandragora Tape. Someone should contact him and try to close a deal, the material is priceless

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio