Algunos dicen que la manera en que Elis Regina la cantó por primera vez, aun sin toda su letra, tuvo que ver con su separación reciente de Ronaldo Bóscoli, su primer marido. Otros, que la manera en que la cantó por última vez, bañada en lágrimas, tenía que ver con su inminente separación de César Camargo Mariano, que era su pianista y arreglador.
Lo cierto es que Francis Hime le mostró a Chico Buarque una melodía y que él escribió una primera parte. Otro músico, Roberto Menescal, les cantó la nueva pieza, así como estaba, a Elis y Camargo Mariano, que grabaron un demo y se lo hicieron llegar a Chico.
Allí habría estado el primer llanto de Elis, que emocionó a Buarque y lo llevó a componer una segunda parte, aún más desgarradora, sólo pensando en que la cantara ella. La canción se llamaba “Atrás da porta” (Detrás de La Puerta). Buarque jamás la grabó en estudio. Sí la hizo en vivo y una de esas interpretaciones quedó para la posteridad en el disco que registra su recital con Caetano Veloso en noviembre de 1972.
Es una de las canciones –“Tatuagem”, “Barbara” y “Sob medida”, la que escribió para Simone, entre ellas– en que Chico Buarque canta en primera persona la voz de una mujer.
El mismo año del recital de Chico y Caetano, Elis había grabado «Atras da porta», esta vez completa, y la incluyó en el primero de los discos de esa década que tituló solo con su nombre –hubo tres más, en 1973, 1974 y 1977–, aquel en cuya portada se la ve vestida de blanco en una silla de jardín (incidentalmente, en la Argentina esa tapa se utilizó para su disco siguiente).
Esa versión es, sin duda, extraordinaria. Y existe un registro en vivo, en video, para un programa especial de televisión en 1973, donde la canta acompañada apenas por un trío –con Camargo Mariano en el piano, desde ya–.
La otra versión, la del llanto final –la del adiós del que habla la letra– fue grabada en 1980 para la TV Globo Y Elis canta: “Cuando miraste directo a mis ojos/ y tu mirada era de adiós,/ te juro que no lo creí/ me resultó extraño, me incliné/ sobre tu cuerpo y dudé./ Y me arrastré y te arañé/ y me agarré de tus cabellos/de tu pecho, tu pijama,/ de tus pies, al pie de la cama./ Sin cariño, sin abrigo,/ en la alfombra detrás de la puerta/ me quejé despacio/ para maldecir a nuestra casa/ para ensuciar tu nombre, humillarte./ Para vengarme a cualquier precio/ y adorándote, al contrario,/ para mostrar que aún soy tuya/ hasta probar que aún soy tuya.”
Chico en su esplendor creativo, Elis inconmensurable y una pérdida sin consuelo para siempre. Calabar una obra que es un «concentrado» de canciones antológicas. Aquella Simone también era descomunal, el dúo de Bárbara con Gal y ese Sob Medida… preciosos.