Primer apunte acerca de un libro extraordinario (otro) de María Gainza. Leo Un puñado de flechas, publicado recientemente por Anagrama. Una novela-río, o un ensayo-río, o un conjunto de cuentos que no lo son del todo y a los que une una trama casi visible. Aquí y allá aparece la figura del coleccionista. Y la idea de la colección. Pienso en la clasificación como gesto de posesión. Ordeno, por consiguiente soy. Y en que tal vez el primer gesto coleccionista sea del propio pintor –o del fotógrafo o el director de cine, eventualmente–: fijar una visión para poseer.
En uno de sus maravillosos meandros, este puñado de flechas llega a Thoreau y su cabaña –poco más que un cobertizo, escribe Gainza– en Walden.
Y a Concord. Y es inevitable, para mí, pensar en una de las obras sobre las que más se ha escrito, de las que más he leído, que más me atraen y que, a pesar de todo –o tal vez por ello– aún no entiendo: la inabarcable, monstruosamente bella –o lo contrario– segunda sonata para piano de Charles Ives titulada Concord, Mass., 1840-60 cuyos movimientos recorren los mismos nombres propios del texto de Gainza: «Emerson» (sobre Ralph Waldo Emerson), «Hawthorne» (sobre Nathaniel Hawthorne), «The Alcotts» (sobre Bronson Alcott y Louisa May Alcott) y «Thoreau» (sobre Henry David Thoreau).
«La estética de la pieza es demasiado naïve para expresar pensamientos serios», escribió en 1939 el compositor Elliot Carter, que había estado presente en el estreno de la obra, el 20 de enero de ese año. El artículo se titulaba “The Case of Mr. Ives” y se publicó en el periódico Modern Music. «(la Sonata) frecuentemente depende de la cita de canciones norteamericanas bien conocidas, con pequeños comentarios, posiblemente encantadores pero ciertamente triviales (…) Parecía haber una gran cantidad de confusión indiferenciada, durante la cual muchas cosas conflictivas sucedían a la vez, sin preocuparse por el efecto total o por la distinción de los distintos niveles.» Parecía, la descripción de Mr Carter, más que la de una sonata para piano, la de la vida misma.